domingo, 31 de mayo de 2015

Mozart y la vida en Júpiter



“En el planeta donde vivo, Júpiter, la música está por todas partes: en el murmullo del agua, en el ruido de las hojas, en el canto del viento. Las flores murmuran y cantan; todo produce sonidos melodiosos. ¡La Naturaleza es tan admirable! Todo nos inspira el deseo de estar con Dios.(...)
No tenemos instrumentos: son las plantas y los pájaros los coristas. El pensamiento compone, y los oyentes disfrutan sin audición musical, sin el recurso de la palabra, y eso a una distancia inconmensurable. En los mundos superiores esto es aún más sublime.”        

                                                                                                                                 Mozart

La descripción de Mozart sobre el lugar en que vive, en el mundo espiritual, es como su música: sublime, poderosa, plena de sensibilidad. Desencarnado sesenta y seis años antes del lanzamiento de "El Libro de los Espíritus", Mozart, en tanto, está muy presente en la Historia del Espiritismo. Además de haber sido evocado por Allan Kardec, dictó un fragmento de sonata a un médium y dibujó su casa en Júpiter diseñada por el Espíritu Bernard Palissy.

En la "Revue Spirite" de mayo de 1858, Allan Kardec publicó dos comunicaciones mediúmnicas espíritas del compositor austriaco. En ellas, Wolfgang Gottlieb Mozart está plenamente identificado, con sus preferencias, su amor por la música, su alegría transbordante, su gratitud a la vida, su emoción al hablar de Dios.

En los textos publicados en la sección "Conversaciones Familiares Más Allá de la Tumba" de la "Revue Spirite", Mozart responde inicialmente a veinte y ocho cuestiones formuladas por quienes lo evocaron. De estas, apenas las tres últimas versan sobre su personalidad. En las otras, él responde a preguntas generales sobre la vida en el mundo espiritual. Y, observa Kardec, sus palabras guardan notable concordancia con las respuestas dadas por otros Espíritus, inclusive las contenidas en "El Libro de los Espíritus".

La segunda evocación – que el Codificador supone que había sido hecha por un músico – expone aún mejor la personalidad encantadora de Mozart. Es allí que él habla sobre la música en el mundo en que vive. Bondadoso y gentil, anima al amigo encarnado y se dispone a inspirarlo. Se despide diciendo que se sentirá feliz si fuera evocado por músicos, pues desea contribuir para el progreso de todos.

Además de esas dos comunicaciones, Kardec publica en la "Revue Spirite" un artículo llamado "Música de Ultratumba"; Mozart acababa de dictar al médium Bryon-Dorgeval un fragmento de la sonata. El médium pidió a diversos artistas que oyesen la pieza, sin indicarles el origen. Todos en ella reconocieron, sin alguna duda, el cuño del compositor de "La Flauta Mágica".

El trecho de la sonata fue ejecutado en la sesión de la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas del 8 de abril de 1859. En presencia de numerosos conocedores, la sonata fue ejecutada por la señorita de Davans, ex-alumna de Frederic Chopin. La pianista ejecutó antes una sonata de Mozart, compuesta cuando encarnado. «Todos fueron unánimes en reconocer no sólo la perfecta identidad del género, sino la superioridad de la composición espírita», escribió Kardec. Seguidamente, ella tocó un trecho de Chopin y el Codificador aprovechó la ocasión para evocar a los dos compositores. Ambos acudieron: Mozart con su alegre personalidad; Chopin entristecido y sombrío.

En aquella noche memorable, Mozart no sólo reconoció como de su autoría el fragmento de sonata, sino que elogió a Bryon-Dorgeval: «El médium que me sirvió de intérprete es un amigo que no me traicionó». Y declaró preferir el fragmento de sonata que hizo desencarnado a la que compuso en la Tierra. «La dulzura y el encanto en él (mediúmnico) están más vivos y más tiernos», explicó.

Pero ante la pregunta sobre la música en el mundo en que vive, él informa que los hombres tendrían dificultad de comprenderla, ya que les falta el sentido para ello. «En vuestra Tierra, vosotros hacéis la música; aquí, toda la naturaleza hace oír sonidos melodiosos». Luego, delante de la platea, el compositor desencarnado se rehúsa a ser sometido a pruebas: «¿Podrías tocar, tú mismo el piano?», preguntó Allan Kardec, a lo que Mozart respondió: «Sin duda podría, mas no quiero; es inútil». El Codificador indica, en la ocasión, que los Espíritus serios no se someten a pruebas. Las dos últimas frases del diálogo son puro divertimiento. Por un lado, Kardec provoca levemente al compositor: «Sin embargo, eso sería,  un poderoso motivo de convencimiento (tocar el piano)». Pero Mozart escapa con una salida típica de su genio: «¿Acaso no estáis convencidos?». (Lea la sesión integra en la página 22). El fragmento de sonata dictada por Mozart fue publicado por la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas y los interesados podían adquirirla en las oficinas de la Revue Spirite, en la Galerie d´Orléans 31, al costo de 2 francos. Copias de la sonata estaban entre las publicaciones espíritas quemadas en el Auto de Fe de Barcelona (por la Iglesia Católica), el 9 de octubre de 1861.

En agosto de 1858, también en la Revue Spirite, Mozart volvió a ser noticia. En el artículo intitulado: "Las Habitaciones del Planeta Júpiter", el médium y teatrólogo francés Victorien Sardou escribió sobre los diseños mediúmnicos que había recibido. Entre ellos está el de la casa de Mozart. Sardou responde a las críticas sobre la tesis de que habría vida en Júpiter y es elogiado por Kardec. «El autor de esa interesante descripción es uno de esos adeptos fervorosos y esclarecidos que no temen confesar francamente sus creencias, y se coloca encima de la crítica de personas que no creen en nada de aquello que sale del círculo de sus ideas. Ligar su nombre a una doctrina nueva, desafiando los sarcasmos, es un coraje que no es dado a todo el mundo, y felicitamos al señor V. Sardou por tenerlo. Su trabajo revela el escritor distinto que, aunque joven aún, ya conquistó un lugar honroso en la literatura, y une al talento de escribir, los profundos conocimientos de sabio; nueva prueba que el Espiritismo no recluta entre los ineptos y los ignorantes», escribió el Codificador.

(Una de las ilustraciones citadas, en las que, obtenidas mediúmnicamente, podemos hacernos una idea de cómo es la casa de Mozart en Júpiter)

 
En el mes siguiente, Kardec publicó las consideraciones de uno de los lectores de la revista sobre el diseño. La carta de ese lector, que había notado que Victorien Sardou no percibiera algunos detalles del grabado, fue comentado por el Codificador: «Insertamos con mucho agrado esa observación, en cuanto ella prueba hasta que punto el pensamiento del médium permaneció extraño a la confección del dibujo».

A continuación, puedes encontrar un enlace para poder escuchar en YouTube "La Sonata Mediúmnica de Mozart":

 https://www.youtube.com/watch?v=BJm1RvM8B1E

miércoles, 27 de mayo de 2015

Psicogénesis de la Ansiedad


Según el "Minidiccionario Sacconi de la Lengua Portuguesa", ansiedad significa “inquietud o dolor del espíritu causado por impaciencia o incertidumbre; nostalgia, aflicción.”.
El hombre terreno se acerca a la Era del Espíritu. En la actualidad, la ansiedad es un grave factor de perturbación y desequilibrio, siendo producto de conflictos íntimos entre tendencias y deseos inferiores (poder, hostilidad, agresividad, codicia, avaricia, envidia) que, al llegar a la consciencia para entrar en actividad, chocan con las nociones que proponen el buen sentido moral. No habiendo éste, la persona es insensible, fría, indiferente. Son los sentimientos de altruismo y deber, las aspiraciones de elevación espiritual y otros los que dan origen a la inquietud interior.
La ansiedad, siendo producto de conducta errónea, es una reacción saludable que, como forma de aflicción, estimula a buscar solución para el mal espiritual, retratando las desobediencias a la Ley Divina, en el curso de las cuales otras personas fueran seriamente perjudicadas. El trastorno de la ansiedad representa un miedo a no se sabe qué, un peligro interno, subjetivo, diferente de la ansiedad de adaptación, que tiene una razón objetiva, externa. En el trastorno de la ansiedad, la persona no sabe referenciar porque permanece ansiosa. Innumerables síntomas orgánicos y psíquicos puede ocurrir simultáneamente.
El miedo a no se sabe a qué, ocurre porque la persona trae en sí sentimientos contrapuestos, ambiguos, que van a repercutir en el cerebro, presentando síntomas físicos, como dolor en el pecho, aumento de la tensión arterial, taquicardia, mareos, dolor de cabeza, cefaleas, falta de aire, nudo en la garganta, nudo en el estómago, síntomas digestivos (diarreas, dolores estomacales etc.), y psicológicos, como depresión, fobias, insomnio, perdida de concentración y memoria, despersonalización, falta de realización, trastorno obsesivo compulsivo, hiperestesias (sensibilidad exacerbada a un estímulo recibido).
De cualquiera de los síntomas psíquicos pueden ocurrir otros. Una despersonalización, por derivados ejemplos, puede evolucionar para una situación anti social, tipo psicosis; una fobia puede manifestarse como trastorno físico, el llamado síndrome del pánico, por ejemplo, que es una exacerbación del síntoma; una pérdida de concentración o memoria, de repente, puede ser diagnosticada como un déficit de atención, que también puede ser derivado de la ansiedad; en las hiperestesias, en la persona queda muy irritada, puede llegar a la violencia, queda con los órganos sensoriales a flor de piel, en un circuito sensitivo, que puede o no avanzar hacia una disociación mental, en la que el individuo estaría caminando para una situación de boderline.
Esta hiperestesia ya sería el status medúmnico, cuando se dice que la persona está con los nervios a flor de piel, ya que está a merced de la actividad sensorial. Es la hiperestesia la que va hacer con que la persona entre en conexión mediúmnica. Como la sintonía de la persona no es buena, esa conexión no es positiva. ¿Y qué va ocurrir? Pues que esa conexión mediúmnica amplifica los síntomas. Es fundamental recordar que, cuando una persona tiene un problema psicológico, ella irradia una sintonía mental. El pensamiento tiene una determinada amplitud de onda y frecuencia, que va entrar en fase de acoplamiento con otras mentes que tiene aquel mismo patrón vibratorio. Luego, el problema psíquico inicial pasará a ser mucho mayor, será intensificado debido a las influencias mediúmnicas (espirituales), cuando ocurre un alargamiento de la percepción, captando la realidad metapsíquica.
El efecto mediúmnico provoca un efecto superlativo. Amplifica lo que la persona está centrando en ella, pudiendo llegar, en caso negativo, al punto de perder el control. Esa exacerbación puede llegar al extremo, de llevar a situaciones graves, tales como la violencia, el suicidio, homicidio, etc. También es posible considerar, en el caso de la hiperestesia exacerbada, que ella puede derivar en una despersonalización, resultando una fragmentación, un desdoblamiento medúmnico, así como la pérdida de contacto con la realidad, como consecuencia de la despersonalización. La persona se desconoce a sí misma, teniendo una sensación bastante desagradable, molesta.
Vemos que el trastorno de la ansiedad se presenta en la raíz de numerosas psicopatologías o trastornos psiquiátricos. André Luiz, en "Nuestro Hogar", elucida que los miedos tienen profundas raíces en el alma. Nos estamos aproximando a una era en que la medicina tendrá dominio sobre las dolencias orgánicas, mientras las molestias psíquicas aumentan, con probabilidad de haber un sobresalto de las tendencias infelices del Espíritu, manifestándolas de forma variada. Para muchos, las perturbaciones desaguan en el sistema límbico, generando los disturbios emocionales, que representan la inquietud y la perturbación interior del hombre, comprendiendo la ansiedad patológica, que es siempre la desconexión con el sentido más profundo de la Vida y de las circunstancias.
Es necesario salir de la visión académica y ver el hombre y la vida de una forma fragmentada. Somos seres espirituales, practicando en cuerpo energéticos. La mayoría de las dolencias son señales de la escasez evolutiva del Espíritu, teniendo como origen alguno de los vicios derivados del egoísmo. El tratamiento de la ansiedad pasa por la espiritualización del ser y, en ese campo, el Espiritismo hace una gran contribución, al elucidar y evidenciar que no somos el cuerpo, y sí almas inmortales en tránsito para la perfección, pues la vida continúa después de la muerte del cuerpo orgánico. Nos propone conocer la verdad, direcciona para la verdadera transformación, la que libera y promueve la consciencia para el nivel despierto. La verdadera consciencia es resultado de la experiencia con Dios.


Evanise M. Zwirtes 
-Psicoterapeuta-
(Texto extraído del “Periódico de Estudios Psicológicos”)

lunes, 25 de mayo de 2015

La Depresión (bajo la perspectiva Espírita)


Para superar la depresión es necesario cambiar la sintonía espiritual. Como los buenos espíritus que nos asisten no hacen otra cosa a no ser el bien, es imprescindible que, de nuestra parte, aprendamos también a hacerlo.
 
La depresión es una dolencia del alma. Siendo así, infelizmente, la ciencia materialista poco puede hacer a no ser minimizar los síntomas del enfermo para que este pueda convivir socialmente. Con eso, lo máximo que ella consigue es limitarle la capacidad mental y evolutiva, afectiva y de memoria.

Se estima que el 20% de la población del planeta sufre de este terrible mal. Datos revelados por investigaciones indican que la depresión es la segunda mayor causa de ausencia en el trabajo y la mitad de los deprimidos dejan de trabajar y tener una vida social. Normalmente, es catalogada por la medicina como una enfermedad cuyo tratamiento es para toda la vida, con un 50% de oportunidades de recaídas.

La peor consecuencia de la dolencia es el suicidio, una vez que el 15% de nuestros hermanos cometen este acto extremo.

Los principales síntomas son: insomnio, tristeza persistente, desánimo, alteración del apetito, falta de energía, baja productividad, perdida de placer. Persistiendo esos síntomas por más de dos semanas, significa que el individuo se encuentra en estado de crisis.
  • Influencias espirituales:
El espiritismo, que define al Espíritu como la esencia del propio ser, explica la depresión como una dolencia espiritual, una fase avanzada del proceso obsesivo, resultante del asedio persistente de espíritus inferiores sobre la mente del hombre y de los que lo envuelven. Por tanto, quien no crea en el Espíritu, o aun, poco conocimiento tiene sobre su naturaleza, no está en condiciones de conocer la causa y mucho menos de tratarla.

La verdad es que todos los seres humanos poseen una cierta sensibilidad mediúmnica, o sea, una determinada y variable predisposición orgánica en ser “susceptible” al mundo espiritual que lo circunda. Esa susceptibilidad ocurre en un nivel mental-emocional, de inteligencia a inteligencia, en que predomina la ley de sintonía. El tenor del pensamiento determina el tipo de la sintonía que establecemos, consciente o inconscientemente, con hombres o espíritus.

La mayoría de las depresiones nacen de un proceso obsesivo, normalmente derivado de una flaqueza moral que abre campo para espíritus malhechores y mal intencionados que pasan a imponer su voluntad sobre la voluntad del deprimido.

Los espíritus aun arraigados a la materialidad necesitan de alimento energético. Como a nadie  le gusta reflexionar sobre eso, aun es más fácil hacerles el asedio.

  • El aflorar de la mediumnidad:
Desde el tiempo de Allan Kardec los buenos espíritus afirman que, independientemente de creer o no creer, la humanidad está alcanzando un grado evolutivo en que la vuelve más sensible al contacto con los campos espirituales rodeando la Tierra. Estamos topándonos con el mundo espiritual y aun no percibimos eso.

Ahora, como es la sintonía la que determina el tipo de contacto con las inteligencias de las dimensiones espirituales, para que se supere la depresión es necesario que el enfermo cambie la sintonía que viene sustentando.

  • Interferencias espirituales nocivas:
Los efectos de la obsesión instalada son obvios: el propio enfermo se siente confuso en identificar la propia personalidad. Sus pensamientos se vuelven confusos y contradictorios, lo que le genera inseguridad y miedo. En un cuadro más agravado se observa la debilidad creciente, que es la perdida de energía vital. Por eso, en muchos casos, el deprimido siente fuertes dolores de estómago (perdida de energía por el plexo solar).

Todas las personas viciadas, por ejemplo, son médiums conscientes o inconscientes.

Las interferencias espirituales nocivas, causadas por la presencia actuante de espíritus malhechores, no hacen nada más que dinamizar la inconsistencia moral sustentada imprudentemente por el deprimido.
  • La puerta del alma se abre por el lado de dentro:
Quien trabaja efectivamente en la Doctrina Espírita y actúa en un centro bien orientado sabe que es perfectamente posible liberarse, en breve tiempo, del terrible flagelo que es la depresión.

De acuerdo con los Evangelios, Jesús, el Divino Maestro, no hacía otra cosa sino redirigir la sintonía de numerosos enfermos del cuerpo y del alma para las esferas superiores del sentimiento, con eso, curó a numerosos “endemoniados” y “lunáticos”.

Es de él la máxima preventiva:Vigilad y orad”.

Lo que la víctima de la depresión necesita comprender y asimilar es el hecho de que nadie puede abrir la puerta de nuestra alma, incluso que la fuerce, porque la cerradura está del lado de dentro. Solamente nosotros mismos podemos abrir la puerta para aquello que nos conviene.
  • Educando la sensibilidad:
Una de las sustentaciones doctrinarias del espiritismo es hacer que el ser humano se esfuerce para no entrar en sintonía con las fajas inferiores de la vida. Al contrario, se sintoniza con las fajas superiores.

Para eso es fundamental aprender a discernir el propio pensamiento del pensamiento invasor. Los factores que fastidian deben ser vencidos. Se trata de luchar o entregarse, forzar resistencia al aparentemente irresistible componente depresivo. Reconocer la propia fuerza de voluntad – normalmente, subyugada por la voluntad del agente perturbador – y nuevamente fortalecerla.

Pedir auxilio al Creador es el secreto. Asumir, con humildad y confianza, la condición de necesitados espirituales que somos, reconociendo el poder soberano de la luz divina que nos bendice constantemente y, para la cuál estamos temporalmente impermeables, en función de nuestro libre albedrío perfeccionado en el dolor.

No ejercitar la tristeza en ninguna hipótesis. Ni la amargura, ni la autopiedad, ni la búsqueda del aislamiento o de la fuga excesiva.
  • La depresión cesa con el cambio de la sintonía espiritual:
Muchos médiums que hoy militan con seguridad en las casas espíritas, equilibrados y sin alarde en la mediumnidad con Jesús, llegaron bajo las más opresoras señales de depresión. Algunos, habiendo pasado por clínicas o sanatorios para enfermos mentales. Aun así, a través de la ayuda que se permitirán a sí mismos, aprovechar la buena acogida de los benefactores de la casa, se esfuerzan en el estudio edificante, en la oración, en la meditación, absorbieron confiados las energía revitalizadoras del pase y pudieron “sentir la paz” proveniente de los buenos espíritus que los asisten en nombre de Dios.

Así, una vez reequilibrados, se integran en el servicio de auxilio a los semejantes, encajando en los trabajos asistenciales y espirituales de la casa cambiando, consecuentemente, la sintonía mental-emocional antes adoptada para otra elevada y moralizada.

Esto es un hecho común no sólo en el medio espírita y posible de comprobar. Por tanto, para superar la depresión es necesario cambiar la sintonía espiritual. Como los buenos espíritus que nos asisten no hacen otra cosa a no ser el bien, es imprescindible que, de nuestra parte, aprendamos también a hacerlo, lo que, ciertamente, asegurará tú protección y la posibilidad del descubrimiento seguro de nuestras potencialidades.

viernes, 1 de mayo de 2015

La Desobsesión



El "Más Allá", no está solamente poblado de bendiciones, sino también, de dolores. Los Espíritus, son los hombres despojados del cuerpo, conforme lo fueron siempre. Buenos o malos, de acuerdo a como se elevaron o se esclavizaron en la Tierra. Vicios que se enraizaron en los hombres, son la consecuencia de la interdependencia producida por una sintonía perfecta entre los huéspedes espirituales y los anfitriones carnales que se descuidan y resbalan por las rampas de los deslices morales en los cuales se desequilibran y agotan.

Fijaciones inabordables existentes en los repliegues del cerebro, como efecto de los mensajes (ideas desdichadas que culminan en alucinaciones, proceden de otras mentes liberadas de las neuronas cerebrales, produciendo cobranzas dolorosas y venganza).

Los disturbios del cuerpo, de la mente y de la emoción, sobrevienen por la acción de emanaciones tóxicas poderosas, que se exteriorizan de espíritus enfermos, que se imantan a hombres imprevisores, en procesos de ósmosis desdichada, en la que ambos se nutren y extenúan en prolongado curso de enfermedades del alma, de difícil catalogación.

En la Tierra todo son ondas, mentes, rayos, pensamientos que se confunden, se separan, se arrojan y sincronizan. En todas partes domina un intercambio vibratorio, siempre que se sitúen los propósitos y las aspiraciones mentales en una o en otra faja de ondas. Donde se encuentre el ideal humano, ahí se respirará el clima psíquico que le es correspondiente. "Donde esté el tesoro, ahí se encontrará el corazón", conceptuó Jesús con seguridad, y el testimonio de los hechos no se refiere exclusivamente al dinero y a los bienes materiales, sino, principalmente, a los valores que se les atribuye calidad, a los de orden interior, que predisponen a la gloria o al fracaso.

Examinando las consecuencias de tales adquisiciones negativas, que facilitan la unión mental con Espíritus infelices de la Erraticidad inferior, la problemática se revela grave para los hombres, manifestándose en la inmensa y variada forma de procesos desdichados de alienaciones obsesivas que se esparcen por doquier en el presente, como lo hicieron en el pasado.

El Evangelio pone énfasis en una saludable terapéutica cuando narra la intervención del Divino Maestro junto a los obsesos y obsesores, valiéndose de la autoridad que lo acreditaba como el Excelente Hijo de Dios. Reviviendo los sublimes momentos del Médico Celeste entre los hombres, el Espiritismo enseña las técnicas desobsesivas realizadas en las conmovedoras y nobles sesiones especializadas denominadas "de caridad", donde se rinde culto al Espíritu del Señor, en el ejercicio del bien sin límites.

Del diálogo con los desencarnados, surgieron los métodos con que Allan Kardec prescribió sabiamente como atender a los sufrientes de uno y otro lado de la vida o a los dos juntos, medicándolos con el esclarecimiento hábil, de acuerdo a la dificultad que posean, que es siempre consecuencia de la ignorancia y de las persistentes enfermedades morales, auxiliándolos con la fluidoterapia, la oración, el ejercicio de la caridad y con otros recursos con los que se produce la ruptura de las ligaduras angustiosas que los atan al dolor y a la desdicha. Sin embargo, es al encarnado a quien le cabe la parte más importante en la tentativa liberadora: restaurar íntimamente la paz al precio del trabajo cristiano y de la disciplina moral, por medio de la meditación de sus propios errores, del estudio de las leyes que rigen la vida, particularmente las que surgen de la ley de amor ultrajada.

En cada perseguido espiritual, se encuentran los gérmenes de crímenes no juzgados, de fugas al deber, de evasiones a la responsabilidad, que se transforman en matrices para registrar a aquellos que fueron sus víctimas y que ahora los vuelven a encontrar en situación de difícil manejo. No obstante, no hay nada que justifique la cobranza, porque ésta pertenece a las justicieras disposiciones de la Misericordia y de la Justicia Divinas. Intoxicados por el orgullo herido y vencidos por la propia falencia, tales víctimas del ayer, que a su vez, son antiguos verdugos del pasado, en vez de beneficiarse con los sufrimientos experimentados, se erigen en justicieros, envenenando sus sentimientos y obstruyendo la razón, hundiéndose más en dramas y caídas que son de difícil recuperación.

Por tal razón, el código del bien establece que el perdón es la terapia exitosa para la cura de las enfermedades del alma, y que la palabra evangelizante que se sustenta en una vida moral purificada, es el medicamento que sirve para disminuir la acidez del odio y la anestesia de la indiferencia en el clímax de las desuniones en las que pugnan enloquecidos, los pacientes de la obsesión.

"Sabemos quien eres tú, Jesús de Nazaret", exclamaron las Entidades perturbadoras que atenaceaban al obseso, cuando el Señor se le acercó en la Sinagoga. La gran mayoría somos aún espíritus imperfectos, y nos falta la autoridad real, busquemos en Jesús los valiosos recursos de la caridad y de la luz, de la misericordia y del amor, de la fraternidad y del bien que nos cabe ofrecer a los hermanos atribulados de la Tierra como a los del más allá, consumidos por obsesiones (en demostración soberana de que la muerte libera al espíritu del cuerpo, pero, no modifica estructuralmente a aquellos que atravesaron el portal de cenizas), los valores morales que habrán de guiarlos con seguridad hacia la sublime madrugada de la vida.