jueves, 16 de julio de 2015

La importancia de los Ángeles Guardianes



1-Según concepciones teológicas milenarias, todo ser humano tiene un ángel de la guarda. ¿Qué nos dice el Espiritismo al respecto?

Contamos, más apropiadamente, según la terminología espirita, con un mentor o varios de ellos. Son componentes de nuestra familia espiritual, ligados a nuestro corazón, que nos protegen e inspiran en las situaciones adversas. Esa realidad está expresada en todas las culturas y tradiciones, desde la más remota antigüedad.
 
2-Cuando alguien se suicida, ¿fallaron los mentores?

Ellos no son canguros lidiando con niños, ni tienen la responsabilidad de un guardaespaldas. Actúan como orientadores, procurando, a través de los conductos de la inspiración, mostrarnos los mejores caminos. Sobre todo, buscan desviarnos de semejante locura, cuando nos dejamos dominar por la desvariada suposición de que sería mejor morir.

3-¿Por qué no consiguen, con su inspiración, evitar que sus pupilos se comprometan en el suicidio?

Cuando el individuo comienza a darle vueltas a la idea del suicidio, entra en una especie de cortocircuito mental, una conturbación íntima, que lo hace impermeable a la ayuda espiritual.

4-¿No consigue captar sus pensamientos?

Exactamente. No podemos olvidar que nuestras relaciones con los Espíritus obedecen al factor sintonía, determinada por la naturaleza de nuestros sentimientos e ideas. Quien piensa en matarse está mucho más abierto a la sintonía con Espíritus perturbadores, que aprovechan esa brecha en sus defensas espirituales para inmiscuirse con sugerencias dañinas.

5-Entonces, ¿no hay nada que los benefactores puedan hacer?

Sí lo hay, por intermedio de personas ligadas al candidato al suicidio. Digamos que un amigo esté encerrado en su casa, en la inminencia de atentar contra la propia vida. Sus mentores pueden inspirarnos para visitarlo. Un simple contacto, una palabra, un gesto de solidaridad, pueden hacerle desistir de su intento, cambiando sus disposiciones Y abriendo campo para una ayuda más efectiva de la Espiritualidad.

6-¿Eso ocurre con frecuencia?

Sí, y sería mucho mayor el número de suicidios si no interviniesen los benefactores espirituales. Ellos tienen el mayor interés en preservar nuestra integridad, socorriendo no solamente a los candidatos al suicidio, sino a todos aquellos que enfrentan privaciones, problemas, dolencias y dificultades.

7-¿Puede ocurrir que los mentores espirituales no encuentren instrumentos de buena voluntad para intervenir?

Infelizmente, es lo que más ocurre. El número de personas abiertas al ejercicio de la fraternidad y con valores espirituales sólidos es muy escaso. Recuerdo el caso de un hombre que entraba en el edificio donde vivía, un domingo por la tarde. Vino a su mente la figura de un joven vecino, que vivía solo en otro piso. Sintió un fuerte deseo de visitarlo. Sabía que tenía problemas. No obstante, prefirió marcharse a descansar. Después supo que, mientras dormía, el vecino se mató. El deseo de visitarlo nació de la inspiración de los mentores espirituales. Infelizmente, él no prestó atención.

8-¿Podemos imputarle alguna culpa o responsabilidad en relación a la tragedia?

Evidentemente, no, ya que no tenía conciencia de lo que estaba aconteciendo, ni ejerció ninguna influencia sobre el suicida. Se sitúa apenas como un ejemplo de los problemas de los mentores espirituales cuando se disponen a socorrer a alguien por intermedio de un reencarnado. Difícilmente encuentran gente bien armonizada, dispuesta a ceder a las llamadas de la solidaridad.

(Texto extraído del libro “Suicidio todo lo que usted mesita saber… para no cometer este terrible error” de Richard Simonetti.)

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