domingo, 8 de junio de 2014

La Obsesión



La obsesión es una especie de enfermedad de orden psíquico y emocional, que consiste en la perturbación de un espíritu (imperfecto) sobre una persona. La influencia negativa de un espíritu obsesor puede afectar la vida mental de cualquier ser humano, alterando sus emociones y raciocinio, llegando hasta alcanzar su cuerpo físico. La influencia espiritual sólo es calificada como obsesión cuando se observa una perturbación constante. Si la influencia verificada es apenas esporádica, ella no se clasificará como una obsesión. Todos podríamos caer en la obsesión (incluso los médiums), es por eso que debemos estar siempre alerta.

Este término sigue siendo un gran desconocido para muchos, porque por todos es conocido la palabra posesión, pues bien, leamos qué nos dice el Codificador acerca de esta palabra:


"La palabra poseso, en su acepción común, supone la existencia de demonios, es decir, de una categoría de seres de naturaleza maligna, así como la cohabitación de uno de esos seres con el alma de un individuo, en el cuerpo de este. Puesto que los demonios no existen en ese sentido, y que dos Espíritus no pueden habitar simultáneamente en el mismo cuerpo, se sigue de ahí que tampoco existen los posesos conforme a la idea que se vincula con dicho término. La palabra poseso sólo debe entenderse en el sentido de la dependencia absoluta en que puede encontrarse el alma en relación con Espíritus imperfectos que la subyugan."
 
Allan Kardec
 
Veamos en el siguiente cuadro la clasificación en la que Kardec dividió los distintos tipos de obsesión:
 
 
 
Básicamente, la obsesión tiene cuatro causas:

  • Las causas morales: Son aquellas provocadas por la mala conducta del individuo en la vida cotidiana. Al andar mal con la vida y con las personas, estaremos sintonizando nuestro pensamiento con los espíritus inferiores y los atraeremos hacia nosotros. De ese intercambio de influencias puede nacer una obsesión. Vicios mundanos, como el cigarrillo, la bebida en exceso, el orgullo, el egoísmo, la maledicencia, la violencia, la avaricia, la sensualidad enfermiza y la lujuria pueden unirnos a entidades espirituales infelices.
  • Las causas relativas al pasado: Son aquellas provenientes del proceso de evolución a que todos los espíritus están sujetos. En sus experiencias reencarnatorias, por ignorancia o libre albedrío, un ser puede cometer faltas graves en perjuicio del prójimo. Si la desavenencia entre ellos genera odio, el desentendimiento puede perdurar por encarnaciones que pueda llegar al odio, peleas, deseos de venganza y persecución. Casos así pueden dar origen a procesos obsesivos tenaces. Verdugos y víctima continúan alimentando los sentimientos de rencor de uno para con el otro.
  • Las contaminaciones espirituales: Suceden cuando una persona frecuenta o simplemente visita ambientes donde predomina la influencia de Espíritus inferiores. Los lugares donde se practica la hechicería son propensos a contaminaciones obsesivas desde que haya afinidad moral con el ambiente. Espíritus atrasados, vinculados al lugar donde la persona fue, se envuelven en su vida mental, perjudicándola.
  • La causa anímica o auto-obsesión: Son causadas por una influencia mórbida residente en la mente del propio paciente. Por causa de vicios de comportamiento, el cultivo de padrones enfermizos de pensamiento que causan desequilibrio en sus áreas emocionales. Muchas tendencias auto-obsesivas son provenientes de experiencias desdichadas relacionadas a vidas pasadas del enfermo. Angustias, depresiones, manías de persecución o carencias inexplicables pueden ser parte del proceso auto-obsesivo.

Los espíritus superiores que participaron en La Codificación, nos explican como superar un caso de obsesión y lo más importante, cómo prevenirla:

469.¿De qué modo podemos neutralizar la influencia de los Espíritus malos?
<<Haced el bien y poned toda vuestra confianza en Dios para lograrlo. Así rechazaréis la influencia de los Espíritus inferiores y destruiréis el imperio que ellos quieren ejercer sobre vosotros. Guardaos de escuchar las sugestiones de los Espíritus que provocan malos pensamientos, fomentan la discordia entre vosotros y excitan las pasiones malas. Desconfiad, sobre todo, de los que exaltan vuestro orgullo, porque os atacan por el lado débil. Por eso Jesús os hace decir en la oración dominical: Señor, no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal.>>
 
475. ¿Puede uno, por sí mismo, alejar a los Espíritus malos y liberarse de su dominación?
<<Siempre se puede sacudir un yugo cuando se tiene la firme voluntad de hacerlo>>
 
479. La oración, ¿es un medio eficaz para curar la obsesión?
<<La oración es un auxilio poderoso en todo. No obstante, debéis saber que no basta con murmurar algunas palabras para obtener lo que se desea. Dios asiste a los que actúan, y no a los que se limitan a pedir. Es preciso, pues, que el obsesado haga por su parte lo necesario para destruir en sí mismo la causa que atrae a los Espíritus malos.>>

"El Libro de los Espíritus" 

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