lunes, 19 de mayo de 2014

La Reencarnación



La reencarnación es un tema todavía bastante desconocido en nuestra sociedad, aunque cada vez la gente es más consciente de la idea de este término, gracias a algunas novelas, algunas películas, algunos documentales... Pero la gran mayoría tiene una idea muy vaga de esta ley universal de evolución y a menudo confunde la reencarnación (desde la perspectiva espírita, es decir, la explicada por los Espíritus -superiores y puros- que participaron en la Codificación) con la Metempsicosis (antigua doctrina filosófica griega -aún vigente en algunas corrientes orientales tales como el hinduísmo y el budismo- que cree que el espíritu de un hombre puede retrogradar, encarnando a un animal en una futura existencia) y como ya hemos visto en una entrada anterior, el espíritu está en constante evolución, así que una vez llega al reino homínido, no puede retroceder al reino animal, ni al vegetal, por los que ya pasó de forma progresiva.

166. ¿Cómo puede acabar de purificarse el alma que no alcanzó la perfección durante la vida corporal?
“Sufriendo la prueba de una nueva existencia.”

166a. ¿Cómo lleva a cabo el alma esa nueva existencia? ¿Mediante su transformación como Espíritu?
“El alma, al purificarse, sufre sin duda una transformación. No obstante, para eso necesita la prueba de la vida corporal.”

166b. El alma, ¿tiene, pues, muchas existencias corporales?
“Sí, todos tenemos muchas existencias. Los que dicen lo contrario quieren manteneros en la ignorancia en que ellos mismos están. Ese es su deseo.”

166c. Parece resultar de ese principio que el alma, después de haber dejado un cuerpo, toma otro. Dicho de otro modo: reencarna en un nuevo cuerpo. ¿Así debemos entenderlo?
“Es evidente.”

167. ¿Cuál es el objetivo de la reencarnación?
“La expiación, el mejoramiento progresivo de la humanidad. Sin eso, ¿dónde estaría la justicia?”

168. El número de existencias corporales, ¿es limitado, o el Espíritu reencarna perpetuamente?
“Con cada nueva existencia, el Espíritu da un paso en la senda del progreso. Cuando se ha despojado de todas sus impurezas, ya no tiene necesidad de las pruebas de la vida corporal.”

169. El número de encarnaciones, ¿es el mismo para todos los Espíritus?
“No, el que avanza deprisa se ahorra pruebas. No obstante, esas encarnaciones sucesivas son siempre muy numerosas, pues el progreso es casi infinito.”

170. ¿En qué se convierte el Espíritu después de su última encarnación?
“En Espíritu bienaventurado. Es Espíritu puro.”

"El Libro de los Espíritus"

Jesús de Nazareth, también nos habló claramente sobre la reencarnación. Pero hay que saber que generalmente hablaba en arameo, un dialecto con un vocabulario muy limitado en el que un mismo término admite distintos significados, además hay que saber que en los primeros siglos de la Cristiandad se creía en la reencarnación, hasta que en el año 553, en el Segundo Concilio de Constantinopla, se decidió eliminar algunas de las tesis de Orígenes de Alejandría (185-254. Padre de la Iglesia y defensor de la reencarnación, que junto con San Agustín y Santo Tomás formó los tres pilares de la teología cristiana) con la acusación de estar "impregnadas de platonismo". Todo el Evangelio predica la resurrección, tanto de la carne como del espíritu, así que debemos entender la resurrección de la carne como reencarnación.

 Orígenes de Alejandría (185-254)
 
Recordemos el diálogo del Maestro con Nicodemo: 

 «En verdad, en verdad os digo, nadie podrá ver el reino de Dios si no naciere de nuevo». Indaga entonces Nicodemo: «¿Cómo puede el hombre nacer de nuevo siendo ya viejo? ¿Quién podrá volver al vientre de su madre?». Explica nuevamente Jesús: «Si un hombre no nace de agua y de espíritu no podrá entrar al reino de Dios. Lo que es nacido de carne, carne es y lo que es nacido de Espíritu, Espíritu es. No te maravilles, porque te dije: Os es necesario nacer otra vez». Respondió Nicodemo: «¿Cómo puede suceder esto?» Y Jesús contestó: «¿Tú eres maestro de Israel e ignoras estas cosas? Si no me creéis cuando os hablo de las cosas de la Tierra, ¿cómo me creeréis cuando os hable de las cosas del cielo?».

(Juan, cap. 3, v. del 1 al 12)

Veamos también otro pasaje en el que el Cristo nos habló acerca de este tema:

«Sus discípulos le preguntaban: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga antes?. Jesús les respondió: «Es verdad que Elías debe venir y restablecer todas las cosas; más yo os declaro que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, mas lo trataron como quisieron». Entonces sus discípulos entendieron que era de Juan Bautista que les había hablado».
 
(Mateo cap. 17, v. 10 al 13 - Marcos cap. 11, v. 9 al 13)

También, Allan Kardec explica que antiguamente se sabía que el agua era el elemento generador absoluto. De este modo, no quiere decir el agua del bautismo. El agua venía a ser el símbolo de la naturaleza material, como el Espíritu era el de la naturaleza inteligente. Las palabras: «Si el hombre no renace del agua y del Espíritu, o en agua y en Espíritu», significan, pues: «Si el hombre no vuelve a nacer de cuerpo y alma». En este sentido fueron comprendidas originalmente.

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